domingo, 20 de abril de 2008

** ENGÁÑAME, SOY FELIZ.

Pontificia Universidad Javeriana 16.04.08

Diseño Industrial/Semiótica del objeto

Sara Bermúdez Zapata

Engáñame… soy feliz


En el mundo contemporáneo, en el que fundamentalmente buscamos referencias en los demás y en las universalidades para construir nuestra propia identidad, los seres humanos encontramos una inmensa satisfacción en construir -o preparar-, cada uno de nuestros gestos, e impulsos para ser perfectamente expresados ante los demás.

El análisis de la imagen que dejamos en los otros prevalece ante nuestro conocimiento de nuestro propio impulso de ser.

En un mundo en el que el placer se ha elevado al nivel de lo sublime, y la individualización del individuo (aunque parezca redundante) nos permite un narcisismo absoluto, hemos construido el dispositivo Engáñame… soy feliz.

Si bien lo importante no es realmente sentirnos cómodos sino vernos perfectamente cómodos, felices y en nuestro lugar, el dispositivo Engáñame…soy feliz, nos permite captar (grabar), momentos de nuestra vida e incluso, modificar y crear acontecimientos que no sucedieron, pero ¡cómo quisimos que sucedieran!.

Lo interesante en Engáñame, es su dinámica holográfica surreal. Nos permite tomar un registro de nuestras mejor épocas, y luego proyectarlas para nuestro deleite, es una experiencia multi-sensorial… podemos sentir el olor de cuando teníamos veinte años, oírnos y mantener una conversación con nosotros mismos, tocarnos, saborearnos en el pasado que es presente y que es futuro el tiempo no tiene ninguna dirección. Es una evocación intertextual de nuestros propios textos vitales. (ver:http://www.joando.com/veintivival/).

Vemos claramente la manifestación de la intertextualidad, en la medida en que el evocador engañado por su propia voluntad relaciona el texto que está creando, con sus propios textos pasados.

Ahora pensemos en aquellas personas que fueron -o son- importantes para el evocador pero con las que nunca llegó a reproducir sus deseos, sus sueños.

El engáñame le permitirá personalizar sus propios recuerdos. Finalmente que más da si el placer significa todo para el hombre contemporáneo, y el orden temporal realmente no tiene sentido.

El presente dispositivo le permite al usuario tomar registro de la imagen, del olor, y el sabor de dicha persona para construirla a manera de holograma (el dispositivo material se encuentra en fase de experimentación) o aún mejor, construir un personaje ideal a partir de recortes, un collage amoroso, o ¿tal vez perverso?

Vemos aparecer la extratextualidad, cuando un evocador relaciona sus propios recuerdos (textos) con otros textos que no le son propios, que no son sus propios recuerdos.

El Engáñame….soy feliz, realmente puede hacerte feliz, (en el marco planteado inicialmente placer-felicidad) sin embargo, tiene algunas contraindicaciones leves.

Su uso excesivo produce sudoración, salivación en sus primeras etapas, posteriormente hasta adicción.

Cuando el usuario se involucra de tal manera que llega a personalizar absolutamente toda su personalidad y memoria, puede perder todo sentido de realidad, se torna insomne e inapetente.

Manténgase fuera del alcance de aquellos que tengan poco recuerdos felices.

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